Fuerza y Sumisión

Es curioso ver como el ser humano usa la fuerza (concepto primario de hegemonía animal) para reforzar el uso de la inteligencia en su propio provecho. Es como decir que vamos a comer con las manos mientras tenenemos el tenedor en la mano, para no dejar nada en el plato. Esta reflexión surge después de ver dos claros ejemplos de un teórico uso accidental o no intencionado de la fuerza, en forma de violencia, para ocultar la verdadera naturaleza de herrameinta de control y sumisión. Por un lado: El Prat, y el movimiento contrario a la solidaridad sindical, realizada por los trabajadores de tierra de Iberia, donde los únicos afectados son los usuarios (las compañías casi siempre cubren las pérdidas...). Y claro, la justificación? ellos también quieren los privilegios de los pilotos. Aquí nos encontramos con que el objetivo final de esta huelga (ilegal, por cierto), no es otro que el beneficio propio, pasando por encima de los derechos de todos los españoles, y demás trabajadores que lamentablemente no tienen esos privilegio, por no ser pilotoso o no ser funcionarios.

Ahora voy a ser demagógico: Esa misma fuerza egoista que persigue perpetrar la concesión de privilegios exclusivos y elitistas por una minoría sindical, es la misma fuerza que persigue aniquilar al contrario, garantizándose la seguridad a toda costa en Israel. Claro, es demagogia porque no se pueden comparar los dos temas, ni ponerlos al mismo nivel... no?

Creo que el impulso primario es el mismo, y si de algo nos debemos sentir frustrados como sociedad, es la de no haber sido capaz de dejar de un lado la fuerza para lograr nuestros objetivos, ahora que somo inteligentes... (sic). La matanza perpetrada en Qana, cuna del primer milagro de Jesús para los creyentes y lugar de alto valor arqueológico e histórico para los demás, no tiene nombre. Ah sí! Genocidio... es que ya casi no se usa esta expresión, el tiempo es lo que tiene: hace que te olvides de tus errores.

No obstante, ahí está la ONU para "lamentar" el acto luctuoso. Aquí en Euskadi, hemos soportado muchos años de Lamentamos pero no condenamos... de algún partido proclive a la violencia terrorista. Claro, no es lo mismo, no es igual, hay diferencias, situaciones, circunstancias, diplomacia... vayan a contarles todos estos matices a los niños inocentes que han perdido la vida por quedarse con sus padres.