El camino de la vida (I)

Es curioso como la vida te arrroja a su camino y no te da más ayuda que la de una serie de pequeñas indicaciones, pequeñas señales, que, si las ves, te ayudan, y sino, te hunden. El camino en la vida no lleva siempre a la felicidad, de echo, ese objetivo se ha priorizado los últimos años, donde la carrera desaforada por ser feliz continuamente se enfrenta al crecimiento de la persona, y la progresiva madurez de la misma. Actualmente la sociedad te somete a una presión inconcebible hace unos años: tienes que ser y estar siempre: joven, guapo o guapa, a la última, alegre, informado, conectado, comprando, consumiendo, viajando, compartiendo, etc..

Antes no era así, porque no era necesario vender todo lo que se fabricaba. El sistema actual nos impone sus productos, porque giramos en torno a ellos... porque ya no somos autosuficientes. Mi abuela hacia el pan todos los días. No necesitaba ir a la tienda. Hoy en día todo es distinto. A cambio de la comodidad y de esclavizar las máquinas y personas de otros países, hemos pagado el precio de nuestra libertad personal, pues ya no somos dueños de ella. Las decisiones las toman por nosotros, y nuestro campo de actuación se reduce a una serie de pequeñas decisiones: Casa, cine, bar, centro comercial, campo.

En este ámbito, la felicidad es un bien de consumo, no la medida de nuestro progreso personal. Esta perversión de los terminos es como un reseteo mental de miles de años de evolución. Ya nada tiene sentido sino lo venden en el Corte Ingles. Ya nada es importante sino sale en la tele. Y por supuesto, nada es beneficioso para la persona sino tiene 3 informes científicos por detrás y la palabra avalada de algún famoso comprometido por la causa (feliz de la vida, por cierto).

La resistencia cada vez es más dificil, pues el pensamiento único cala en lo profundo de nuestro ser, y la selección biológica se hunde en los pantanos del progreso. ahora no sobreviven los más fuertes, sino los más poderosos (economíia). Esto nos hipoteca de cara al futuro. Si hay una crisis biológica, no sobrevivirán todos los millonarios que tienen dinero... mal que les pese.

La relación de persona a persona, el pensamiento crítico de la realidad, se difumina en las facilidades de ocio y tiempo libre, de sexo, de drogas que nos da esta sociedad. Antes las drogas se uilizaban para llegar a estados personales sueriores, o para potenciar capacidades físicas o síquicas innatas en la persona. Hoy en día el consumo es el fin en sí mismo. El circulo. La pescadilla que se come la cola, el bucle infinito de la sonrisa estúpida.

La Felicidad nunca fue tan sencilla como antes. Culturas milenarias como la oriental, e incluso la occidental (antes de los años oscuros de la Edad Media) también lo describieron en sencillas líneas. El hacer camino en la vida, mejorar y crecer como persona, te dará la felicidad; pues son los pequeños triunfos diarios, las recompensas que nos hacen sonreir a la vida. Hoy en día los triunfos personales tienen que ser enormes, y estar televisados. Es triste, pero mucha gente cree que con una pantalla de televisión más grande, un coche más grande, o con un trabajo mejor, o con más dinero... se es más feliz. La realidad es otra. La realidad es un estado emocional, no físico. No es material, no se puede comprar. Puedes tener todo el dinero del mundo... y ser infeliz. Ya ha pasado, pero estas son las pequeñas señales de la vida que no siempre apreciamos.

Carpe Diem.