miércoles, 29 de octubre de 2008

Eufemismos

Me encanta este palabro. Viene a significar aquello que decimos de otra manera cuando no queremos usar expresiones vulgares. Todos los días hay infinidad de ejemplos; en el trabajo, en la tele, en la radio... Son muy útiles para camuflar la verdad, y siempre tienden a mentir. Quién no se acuerda de los hilillos de Rajoy? o de la desaceleración de Zapatero? la verdad era otra, más dura, más cruel. Algunos ejemplos más o menos graciosos, pueden ser expresiones tales como miembro viril, daños colaterales, trabajo temporal, cambio climático, estado del bienestar, levantamiento popular, implicación laboral, bebedor social, mileurista, inversión de riesgo....

Seguro que todo el mundo podría agrandar la lista hasta el infinito. Todos los días hay conversaciones a nuestro alrededor donde alguien decide ser políticamente correcto y emplea eufemismos. Este tipo de situaciones me gustan cuando se hilvana a la expresión algo de ironía y mucho de sutileza. Cuando lo políticamente correcto es sustituido por una crítica ácida en tono irónico (ese limón, Fabio), es formidable el ejercicio del lenguaje. Me encantan ciertos eufemismos tales como: facultades disminuidas, lento de reflejos, problemas de gestión, control de gastos o la original Producto en promoción. Hay un programa en la ETB2, llamado Vaya Semanita (premio Ondas, por cierto) donde entienden bien este concepto...

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Por: binfer. Leer los 6 Comentarios Deja tu opinión

miércoles, 15 de octubre de 2008

Periplo y el Sol

He salido a la calle, como una mañana cualquiera. He bajado las escaleras y sin poder reaccionar, el sol ha golpeado mi tez blanca con arrogancia de estrella. La calle se antoja limpia y brillante, las noches no descansan para algunos operarios de limpieza. El gorro es un atrezo perfecto para el escenario callejero. Las manos a los bolsillos y la mirada al frente. Me gusta mirar a la gente, como hablan, como andan, como miran... A veces se aprende más de alguien mirando que hablando. Casi sin darme cuenta una suave cantinela ha empezado a brotar de mis labios. Siempre me gustó la música, no solo como expresión artística, sino como expresión espiritual. Cada uno puede interiorizar una melodía, unas letras, unas notas... todo es digerido por el espíritu que habita en la caverna del alma, dispuesto a salir a buscar el sol transformado por la música. Así pues, tras un pensamiento tan profundo no he tenido más remedio que suspirar y seguir silbando.

Los semáforos son un tanto desconcertantes, por más que hacen brillar el rojo no puedo evitar cruzar cuando no viene nadie. Esta norma es algo contraria al libre arbitrio del ser humano... Lógicamente, cuando voy en coche el pensamiento es totalmente contrario y me cabrean esos peatones imprudentes que cruzan silbando en rojo. Somos una especie tan contradictoria que hoy es el día que me cuestiono si somos del reino animal o del reino estúpido.

La sucesión de calles y personas hacen que mi pequeño cerebro de vueltas a todo lo que parece diferente. Veo gente alegre, gente preocupada y gente triste. El término medio es la antesala de uno de los dos estados principales. Creo que la felicidad no es un asunto baladí, pero tampoco algo tan primordial como para olvidarse disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. No entiendo a las personas que pasan suspirando junto a un sin techo. Una cosa es la relativización de la realidad y sus circunstancias, otra distinta es despreciar al semejante de forma clasista. Pienso que estamos tan preocupados de ser felices, de encajar en esta sociedad asfixiante, que nos hemos olvidado de nuestro principal deber como especie pensante: mejorar como personas.

He vuelto a ver a Leo, ha pasado distante por la acera de enfrente, cabizbajo. Espero que no tenga problemas con el piso. La crisis financiera es la antesala a la crisis creativa, y esa es la que me preocupa de verdad. Cuando nadie tenga ideas que puedan resolver un problema, estaremos realmente jorobados. Pienso en Rocío, su novia. Cuando tuvieron que hacer frente a todo lo que conlleva una vida en común, dejaron de ser tan animados. La obligación de "tener, comprar, ser..." fagocitó su alegría, y cada día que pasaba tenían peor humor. Solo le pido a Dios que sean capaces de llevarse bien en su nuevo piso de tercera mano; no hay nada peor que luchar por algo que perdiste al empezar.

El puente que atraviesa la ría me muestra al fondo varios rascacielos de cristal, testigos mudos de imperios hoy desaparecidos. Las montañas guardan su belleza con el paso de los años, los edificios, su decadencia. Casi al final del camino veo mi esquina, acogedora y rectilínea. He cambiado las dos cuerdas centrales de mi violín y he sacado de un viejo armario dos viejas partituras de Paganini y Bruch. Espero que la gente, aún ignorante de música, pueda apreciar la belleza melódica de ambos. Apresto mi colocación y postura junto al atril plegable, poso el gorro en el suelo y cogiendo aire fuertemente, empiezo a tocar mi viejo pero fiel, violín de madera de arce.

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Por: binfer. Leer los 12 Comentarios Deja tu opinión

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